La creación de un Alien

Siempre he sido muy Lisa Simpson, bastante repelente, pringada e inteligente, para que lo vamos a negar. Creo que llevo sin encajar en mi circulo de amigos desde que tengo uso de razón, pero la verdad es que siempre me ha importado más bien poco. Lo de no encajar digo, porque por mis amigos mataría, aunque no tengamos nada en común.

Volviendo a lo de Lisa Simpson, queridos míos, os tengo que confesar que, con una buena ensalada, sé pueden conquistar muchas cosas, y salvar muchas vidas. La primera vez que me dí cuenta de ello no tenía ni la menor intención de ser vegetariana, benditos años de carnívora, y benditas comidas familiares. Fue precisamente durante una comida familiar, fin de año en concreto, la primera vez que sentí rechazo hacia la carne (pobre cerdito) y, a partir de ahí, ya no había vuelta atrás.

Durante todo el año pasado mi mente estaba haciendo una metamorfosis, de la que yo ni siquiera era consciente. Creo que realmente pasó todo demasiado rápido, pero recuerdo varios momentos puntuales en los que mi mente y mi corazón decían basta. El día en que peor lo pasé fue durante una barbacoa con mis amigos. Pongámonos en situación, elegid un tema que os confunda muchísimo, yo ahora voy a elegir el aborto (se que me arriesgo pero quiero que me entendáis bien), en una suposición yo estoy en contra del aborto y, de repente, me encuentro en una habitación donde se están practicando tres abortos a la vez, pero yo soy la que debe limpiar todo después de la práctica, y no me puedo largar de allí. ¿Agobiante no? 

Nunca antes me había pasado una cosa igual, y estaba cada día más confusa. Pensaba que solo era una fase, que simplemente le estaba cogiendo asco a "cierto tipo de carne". Pero la verdad es que no, que lo que realmente no soportaba era imaginarme que lo que yo me estaba comiendo antes tenía una vida. Vida que dejó de tener por mi culpa.

Y hasta aquí es donde yo quería llegar, la gran mayoría de vosotros habrá visto alguna vez Los Simpson, qué puntazos tienen los jodios. Episodio número 1980 y pico (por decir uno), Los Simpson visitan una granja, todos se enamoran de un tierno corderito con un precioso lazo rosa, pero al volver a casa, todos comen chuletas. La pobre Lisa se traumatiza imaginando que se está comiendo a ese lindo corderito y se hace vegetariana. Hello, It's me. Si, me ha pasado. 

A partir de ese momento decidí que tenía que saber de donde venía toda esa "carne" que yo comía, y me topé con un vídeo. Putos vídeos. Terminé sentada en el suelo de la ducha llorando a mares y abrazándome a mi misma para no sentirme tan vacía. Os juro que parecía que acababa de morirse mi perro o algo así. Cuando tuve fuerzas me levanté, me tuve que enjabonar dos veces de lo sucia que me sentía y decidí que ese sería el último día de mi vida en que volvería a comer animales. Menuda ilusa. 

Total, que estaba yo tan sumamente dispuesta que escribí una carta, bajé al estanco, compré un sobre y un sello, y se la mandé a mis padres por correo postal. Zoraida tiene 20 años, pero hace estas cosas por que se cree guay, no os preocupéis. Mis padres venían en dos días a mi casa, y no tenían ni idea de nada de esto, así que necesitaba que la carta llegase lo antes posible. Y aquí es donde interviene mi Lisa Simpson pringada, la de la mala suerte, y la carta, obviamente, no llega a tiempo.

Me pasé tres días comiendo animales con cara de asco y sintiéndome miserable. Realmente, a día de hoy, creo que soy gilipollas. Tenía miedo de no saber expresarme bien personalmente, y de que mis padres no entendieran nada de lo que les estaba diciendo. No sé como serán los vuestros, pero en mi caso son muy comprensivos y abiertos, así que cuando después del viaje leyeron la carta, mi madre me mandó un whatssap con unos 20 iconos de verduras y corazones. Cómo quiero a mi madre, coño.

Si creía que en ese momento terminaría el caos de esta decisión, es que realmente, como he dicho antes, soy gilipollas, porque sólo fue el principio. Pero pese a todo, hoy hace justo un año que tomé la mejor decisión de toda mi corta vida.